¿Es tan difícil tener una mente abierta a la realidad? Parecería que el pensamiento obtuso y poco penetrante conlleva implícito una deficiencia afectiva, un desorden congénito de deshumanización que nos hace vivir un mundo de fantasías en donde la miseria solo esta en los documentales o en algunas “mentes desocupadas” de los “sin oficio ni beneficio”, supuestos reaccionarios, que al no tener ideas brillantes para enriquecer, engordar su alcancía y acumular bienes para si, no les queda otra alternativa que dedicarse a la labor social local, regional y mundial de buscar el bien común.
Debemos establecer una marcada diferencia -quienes propendemos a un socialismo moderno sin atavíos con el pasado socialista inflexible- con los oportunistas, que no hacen ni practican la justicia social, simples convulsores circunstanciales de la paz ciudadana por promoción y figuramiento, que viven de la anarquía, extremistas, nada progresistas nacionalistas, de mente cuadrada y visión obtusa, especuladores políticos que se mueven y se infiltran en las masas para transgredir las libertades personales y atacar a la propiedad privada, sin ningún concepto claro de justicia, de modelo educativo o político participativo, que no dan apertura y se rodean constantemente con la mediocridad por temor a ser desplazados, que no soportan la confrontación en el pensamiento y lo llevan todo a fuerza de palos y piedras, figurettis que nunca alcanza en buena ley ninguna canonjía, que al tocarse con la suerte populista de ser electos para una tarea administrativa seccional, han puesto a prueba su poca inventiva, su nula iniciativa y su firme espíritu egoísta propio de los endebles de pensamiento, nulos de razón, sin principios filosóficos fuertes, que aún creen en la revolución, que jamás cambiaron el discurso por pereza a informarse o por conveniencia política y por su pobre sentido común, su falta de liderazgo los hace tiranos de niveles de educación medios y superiores, con una mal nutrida gestión, que aportan en lo mínimo al cambio de estructuras y por ende se oponen a este cambio –no les conviene el bienestar social, su caldo de cultivo es el desastre social- que se autodefinen como socialistas y no tienen el menor criterio sobre esta corriente filosófica cambiante, que tienen neuronas rígidas reticentes a la participación por el progreso y el cambio, que se suben en cualquier carro que detente poder y son capaces de pactar con el diablo si fuese necesario para obtener sus réditos, que aun que quedan vestigios de estos en las sociedades desarrolladas, casi las han desaparecido por completo o se mantienen opacados por una estructura política ortodoxa moderada y socialista moderna que han sido capaces de alcanzar acuerdos para beneficio colectivo antes de rendirse al extremismo ultra nacionalista, recalcitrante con tendencias terroristas.
Estos grupúsculos, viven de la insatisfacción colectiva y asociativa, se aprovechan de la ignorancia de pequeños sectores sociales o se valen de estructuras culturales y educativas legalmente impenetrables, ofrecen lo que casi nunca alcanzan, hacen gala de dominio doctrinario, ahí guarecen por décadas, se hacen viejos, parasitan las instituciones básicas del desarrollo y nos meten en su inercia curricular, desacoplada con la actualidad y desvinculada de la necesidad ciudadana, que han desaparecido en las sociedades con desarrollada equidad, y que solo una reforma educativa profunda que toque valientemente los cimientos de esta maliciosa estructura la puedan reorientar.
Debemos dar a cada uno lo que le pertenece, lo que necesita y le corresponde. Si no es a sí el sistema por cuenta propia se auto disuelve. No es quitarle a uno para darle a otro, es repartir adecuadamente los ingresos, no se trata solo de generar mas fuentes de trabajo si no de pagar salarios mas dignos, recíprocos con lo que se entrega. La insatisfacción surge, cuando el individuo herramienta de trabajo conciente, siente que ha dado todo a cambio de dadivas, que ha pesar de todo su sudor, sus callos, su lomo partido y sus madrugadas, nunca tendrá la oportunidad de educar correctamente a sus hijos y los termina utilizando como fuente adicional de ingreso familiar, a vista, paciencia y usufructo del empresario explotador; ignorante mayúsculo, no se da cuenta que este circulo vicioso de desesperanza, terminara por liquidarlo al el como empresario. El descontento provoca revueltas, no es nuevo, siempre termina siendo a si: “tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe”a si funciona los sistemas basados en la explotación. La tendencia es actualmente la equidad. “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista” la historia mundial a si lo tiene escrito.
La caridad necesaria para tener una verdadera Justicia y Justicia Social se ve encarnada en Teresa de Calcuta. Este personaje que debe pasar en su infancia, una vida de estreches y necesidades tras la muerte temprana de su padre, fue tocada suficientemente por la injusticia en esos momentos, momentos que luego marcarían perennemente en su espíritu el servicio a los demás, con trabajo rígido, intrépido y un talento organizacional de líder mundial singular, nos va dejando una lección eterna, fácil de entender, pues el dolor por el olvido y abandono de los mas pobres entre los pobres, nos hace entender que el hombre puede tener si se lo propone, un espíritu indomable, de esperanza por el cambio con solo palpar de cerca la desigualdad, con solo establecer la diferencia con el bienestar mediano, del cual no estaremos consientes jamás y por ende nos opondremos al cambio por el bien general, al permanecer por décadas encerrados en nuestras oficinas de trabajo, viajando, vacacionando, planificando nuestro éxito, sin darnos tiempo suficiente para mirar los sectores urbano marginales y marginales excluidos de la planificación gubernamental. Compenetrarse en esa realidad y volcar nuestras ideas y nuestro aporte empresarial al erario nacional y nuestra fuerza humana de trabajo que nos permite ser “hombres de éxito” nos haría más humanos. Acudir esta paradoja es importante para entender la autodisolución de los sistemas injustos. “Paradoja de Álamos: Ser pobre es más caro y ser rico es más barato, por tanto la economía libre de mercado se devorará a sí misma.”
Textualicemos la conceptualización de equidad social y entendamos de una buena ves como debemos forjar un socialismo moderno, como debemos procurarnos nuestro propio socialismo. No debe ser una quimera, esta frente a nuestras narices y no queremos verlo, solo debemos actuar, en conjunto y con vehemencia benéfica en patrocinio colectivo. Leamos con detenimiento: ‘La justicia social comprende el conjunto de decisiones, normas y principios considerados razonables de acuerdo al tipo de organización de la sociedad en general, o en su caso, de acuerdo a un colectivo social determinado. Comprende por tanto el tipo de objetivos colectivos que deben ser perseguidos, defendidos y sostenidos y el tipo de relaciones sociales consideradas admisibles o deseables, de tal manera que describan un estándar de justicia legítimo. Un estándar de justicia sería aquello que se considera más razonable para una situación dada. Razonable significa que determinada acción es defendible ante los demás con independencia de sus intereses u opiniones personales, esto es, desde una perspectiva imparcial; así, para justificar algo hay que dar razones convincentes que los demás puedan compartir’.