Dr. Bosco Moscoso O.
Las prácticas políticas públicas y privadas que se han ejercido en América Latina durante las últimas décadas, solo denotan la necesidad que han tenido los grupos de poder ancestral, de poner el desarrollo tecnológico a disposición de unos pocos. Solo la elite económica disfruta del derecho al estudio en institutos superiores bien equipados; estructural, catedrática y curricularmente bien dotados. Los gobiernos que se han sucedido entre liberales, conservadores, socialdemócratas, democristianos, socialistas cristianos, populistas, los llamados progresistas, unos mas y otros menos -puritanos disfrazados- solo han personificado una corriente hacia la protección del monopolio, el capital y el latifundio. La defensa de sus cabezas se ha visto dibujada en un yelmo representado en la constante toma de los poderes de control en toda América Latina. Es que los mismos ejemplos se repiten en Colombia, Chile, Perú, Bolivia, Argentina, etc. etc. etc. La pugna es el poder por el poder y sobre todo el poder central y los entes de control. Planificar, ejecutar y yo mismo ejercer el control o la fiscalización, en eso radica el verdadero poder. Se depredaron los ingresos fiscales y las arcas gubernamentales de todos los países. Todos estos recursos han sido utilizados para beneficio personal de grupos monopólicos con interés particular alejándose de los requerimientos colectivos, comiéndose la carne y tirando el hueso y en algunos casos ni el hueso siquiera, se fueron de sus países de origen llevándose el dinero en maletas o con transferencia internacional de banco a banco y no dejaron sino el recuerdo de sus fechorías, de eso esta llena la prensa de América Latina, una América dolida y mancillada por malos Latinoamericanos.
Ha existido una consigna vertical bien planificada, con tentáculos internacionales para el enriquecimiento ilícito. El mecanismo que como peste se ha propagado en todos los estados pseudos democráticos desde México, pasando por América Central, el Caribe y todo Sur América han sido la evasión de impuestos, la doble contabilidad, la sub y sobre facturación, las verificaciones falsas, los contratos a dedo a empresas soberanas de malos ciudadanos y multinacionales con compinches nacionales para el asalto. Gobiernos complacientes, timoratos por réditos económicos y políticos, cómplices y siempre en coyuntura familiar. Los negocios siempre se hicieron en los círculos íntimos de poder económico y familiares. El petróleo ha sido el éxtasis de esta extirpe de villanos pseudos reformistas que se prestaron a nombre de los países representados, a garantizar créditos internacionales sin garantías reales y solventes -economía y garantias de papel como yo las llamo-, poniendo por delante a los países y gente como caucionados, endeudándonos para toda la vida y por muchas generaciones y luego de eso haciendo mal uso de las aportaciones económicas internacionales. En el fondo la mayoría de créditos se los llevaron en contratos amarrados las compañías cuyo país de origen generaba el crédito. Se ha llegado a un endeudamiento extraordinario con los entes financieros mundiales sin resultados sociales efectivos, sin proyectos sustentables a largo plazo y sin la visión estadista necesaria con principios de equidad. La pregunta es ¿donde esta todo el dinero de los créditos internacionales, a esto sumemos toda la producción y aportación en impuestos del pueblo latinoamericano que continúa pobre? No será conveniente una auditoria internacional Latinoamericana para conocer a ciencia cierta quienes se llevaron y festinaron los recursos latinoamericanos. Sería para quedarse loco con una intervención de esta magnitud. Debe quedar como una idea y debe ser analizada pronto antes de que empiecen a quemar papeles, desaparecer discos duros y hasta desaparecer personas que deben saber el meollo de los negocios internacionales entre gobierno y gobierno. En Ecuador esta detenido ya un comprador de conciencias, así nos dicen.
Los científicos en Economía Política, hablan siempre de ver la realidad, sin darse cuenta que la realidad social de manera general es una ilusión psíquica y que es interpretada por cada persona de acuerdo a su cultura, a sus necesidades y a sus vivencias pasadas. La experiencia forma diferentes realidades para los diferentes estratos sociales. Quien no ha sentido dolor somático, no puede explicar ni siquiera imaginar tal sensación. Lo cierto es que el sistema tradicional neo liberal, esta matando al sistema imperial por sus propios errores y ha catapultado la necesidad de buscar en un socialismo moderno, equilibrado y participativo de los más amplios sectores la nueva forma de convivir: estado, sociedad, naturaleza. A menos que algunos piensen que esta última no tiene derechos.