jueves, 12 de junio de 2008

La Educación como Medicina de la Pobreza

Dr. Bosco Moscoso O.





“El oficio que enseñarle quiero es vivir. Convengo que cuando salga de mis manos, no será ni magistrado, ni militar, ni clérigo; será primeramente hombre, todo cuanto debe ser un hombre y sabrá serlo, si fuere necesario, tan bien como el que mas; en balde la fortuna le mudara de lugar, que el siempre se encontrará en el suyo.”
“Juan Jacobo Rousseau, El Emilio-1762”

No existe otro mecanismo probado científicamente y con argumentos sólidos que sustenten el encabezado de este capítulo. “José Martí decía: La educación os hará libres.”

Si realizamos un Test diagnostico a los estudiantes de primaria o secundaria de Ecuador y me atrevo a generalizar de América Latina, nos quedaremos perplejos, encontraremos que el conocimiento básico y elemental de las constituciones políticas de cada uno de nuestros países pasan por sobre los maestros y sus estudiantes.

Desapareció del sistema educativo inicial y secundario materias básicas que nos enseñaban un convivir mancomunado y propendían al conocimiento y valoración de nuestros símbolos patrios, entendidos estos como la representación de los valores éticos, por el significado de cada una de sus partes.

Es indispensable priorizar en las constituciones de América Latina a la educación y la salud como política de estado, establecido esto jurídicamente y codificado constitucionalmente  como un derecho. Normado como una obligación, co-rresponsabilidad tácita –para no leer entre líneas- entre ciudadano y estado.

La salud y la educación son un derecho y debe también ser deber ciudadano.

El conocimiento de la constitución, los derechos y obligaciones que como ciudadanos tenemos deben ser enseñados desde el pre primario, estos conocimientos hay que generalizarlos en el nivel primario y profundizarlos en el nivel secundario.
Un ciudadano no debería salir de la instrucción secundaria sin conocer a cabalidad como rige y que dice la Constitución Política del Estado, tener claro el concepto de estado, la diferencia entre estado y gobierno, los organismos del estado, sus competencias, conocimiento pleno de leyes de la niñez y la adolescencia y por supuesto la ley de la juventud y de la tercera edad. En definitiva estudios obligados en todos los niveles sobre deberes y derechos.

Que estoy obligado a dar y a cambio de eso que recibo es imprescindible conocer. A quien reclamo y bajo que circunstancias las hago es prioritario para evitar los abusos de poder en todas las instancias administrativas gubernamentales centrales y seccionales en la empresa publica y los abusos de la empresa privada.
El estado debe ser responsable de la falta u omisiones en la prestaciones de cualquier servicio básico, entendiéndose como estado al gobierno central, gobiernos seccionales y todas sus instituciones públicas. La empresa privada tiene sus propias responsabilidades inherentes a sus actividades y debe responder civil, penalmente, administrativamente o económicamente. La responsabilidad debe tener efecto en cadena y ser vinculante dependiendo de la gravedad e incidencia de la falta. Por ejemplo: Maestro, Rector, Dirección de Educación, Ministro, Presidente. En cualquier nivel debe parar la responsabilidad, esta  debe ser siempre determinada y no deben descansar  los organismos de control interno en el área pública o privada, al menor indicio de falta a los derechos ciudadanos. Se debe investigar por partida doble, con participación institucional, estatal y ciudadana. Las veedurías son una salida importante en la defensa de los derechos y todo debe recaer en las cortes, ahí se deben aceptar las denuncias si hay indicios de responsabilidad o rechazarlas por inconsistentes. Siempre alguien debe responder por acciones u omisiones. Normalmente todos nos lavamos las manos.

La administración moderna no exime de responsabilidad al estado o a la empresa privada y alguien paga la negligencia en la falta o un mas servicio, sin que la cuerda se rompa –como siempre por los amarres personales- por el lado más débil.

Hay que recitar y concienciar el concepto de cada uno de los derechos humanos, no son muchos y están citados de manera bastante puntual en la declaración de las Naciones Unidas de diciembre de 1948, la razón; tener ciudadanos concientes de las normas generales universales y las elementales o básicas que nos gobiernan, y con esto, abonar con educación desde nuestros inicios en las letras dentro de las aulas al respeto por las mismas en los dos sentidos, el del deber y el de los derechos.

Decir cosas bonitas sobre el desequilibrio existente entre riqueza y pobreza sin cristalizar en la letra normativa en la carta magna del país y bajo que parámetros debemos movernos aprendiendo esta temática es primordial para un vivir pleno y un convivir de respeto. Usar términos ambiguos que se presten para el acomodo resulta superficial y es volver a las redacciones acomodadizas de siempre. Redacción retórica y caduca como preámbulo a cada proyecto de ley, eso sobra. Se lo ha usado por muchas décadas y no ha funcionado o solo les ha funcionado a los falsos representantes de la ciudadanía, quienes por beneficio personal han estancado el desarrollo cultural. Mejor hacemos el marco general que nos limitara y se lo damos de estudio a nuestros jóvenes y ellos luego de conocerlos y haberlos estudiado que decidan. ¿Que les parece?

Otro tema importante sobre lo mismo es el siguiente: no debe permitirse acomodar el currículo de estudios a cada centro educativo de primero y segundo nivel. Con criterios modernos y globalizadores debe unificarse los conocimientos, por que no es ni debe ser potestad de nadie la clasificación educativa, no deben existir calidades en la educación, sobre todo la inicial y la media, no es mercancía, si se la compra y se la vende debe ser observada con lupaza para exigir que se cumplan las normas, y en eso tiene gran responsabilidad el estado por la falta de asignación adecuada y a tiempo de recursos económicos y humanos y La Unión Nacional de Educadores quienes no han dado el brazo a torcer para soltar la teta y alcanzar una educación de calidad que compita con la empresa educativa privada. No deben existir centros educativos de primera o de segunda, el estado debe regularla y punto. La educación puede ser comprada o vendida en un momento determinado, pero la supervisión de programas de calidad, el cumplimiento de metas educativas, debe estar en manos exclusivamente del estado. Esa responsabilidad no es delegable. Debemos masticar los mismos conocimientos en la educación inicial y media todos los ciudadanos en escuelas y colegios mas o menos bonitas unos y otros pero con el mismo acceso a la información y la misma calidad de conocimiento. Siempre he dicho que no es importante donde te atienda un médico inicialmente, si este lo hace con calidad y calidez, si te da lo mejor de si y sobre todo si esta preparado adecuadamente para ello. El problema no es donde me educo, si no la calidad de educación que recibo.

La clave para evadir la injusticia es educar, promocionar como materia de estudios la tolerancia, la corresponsabilidad (mandatarios – mandantes) y enseñar a defender los derechos establecidos – mal llamados “derechos ganados” – eso es darle al ciudadano la herramienta cultural para formar un cerco legal de participación ciudadana desde cada una de sus trincheras y evitar los abusos. Ya nunca más debemos explicarles a las madres o a los jóvenes que tienen derechos, que no tengan miedo, que los exijan por que están escritos y por que la independencia jurídica institucional no debe seguir siendo quimera y por que los favores administrativos y judiciales deben aprenderse a castigarlos desde la escuela y ser un ciudadano master en constitucionalismo debe ser el objetivo. El conocimiento de la carta política de nuestros países no es potestad o imperio de los jurisconsultos, estos deberían igual que médicos, trabajadores sociales, orientadores, psicólogos y toda la gama de profesionales que intervienen en la educación, ser uno mas del staff de maestros de escuelas y colegios, que nos dejen como herencia y legado entes jurídicamente formados en derecho constitucional, la constitución y leyes generales deben ser entendidas, masticadas, digeridas y aplicadas por todos los mortales.

Educación y cultura van de la mano, a mejor calidad de educación más cultura, mejor calidad de vida.